Ha celebrado este lunes en Disneyland París su sexto triunfo en Roland Garros. El tenista ha paseado el trofeo por el parque de atracciones de las afueras de la capital gala y, unas horas después de su triunfo, Rafa ya piensa en el nuevo objetivo de Wimbledon.
Con el castillo de Cenicienta al fondo, Nadal ha posado junto al ratón Mickey para los fotógrafos. Después ha tenido algo de tiempo para compartir con sus familiares en el parque, pero no mucho, porque como él mismo se ha encargado de recordar, sus obligaciones le siguen llamando.
"Tengo que irme ahora para Queen", ha afirmado, en referencia al torneo británico donde comenzará a preparar la temporada de hierba con la vista puesta en el siguiente grande, Wimbledon. "Ahora me importa más la preparación que el torneo de Wimbledon, en tratar de llegar bien".
Tengo más de lo que hubiera soñado
Nadal, héroe de leyenda en su deporte, es persona sencilla. Por ello no ha querido pedirle nada al ratón Mickey porque ya lo tiene todo en la vida: "No estoy en condiciones de pedirle nada, tengo más de lo que hubiera soñado. Lo único sería la salud, que es lo más importante".
El manacorense ha dicho que siempre le ha gustado Disney y los niños, con algunos de los cuales también ha posado para las fotografías. En concreto, el manacorense ha estado rodeado de Mickey y de seis menores, tantos como trofeos de Roland Garros ha logrado en la tierra batida parisiense.
Tres de los chicos, que fueron seleccionados al azar entre los visitantes del parque de atracciones, eran españoles: José, un santanderino de diez años, Garbiñe, una vitoriana de la misma edad, y Alazne, de la misma ciudad y dos años más joven.
Como es su costumbre, el tenista ha estado sonriente y solícito a las peticiones de las decenas de seguidores que trataban de conseguir un recuerdo de la estrella. Y es que este era el día en que el personaje de leyenda, era superado por el personaje real, pero tan legendario como el ratoncito.
"Es el lugar adecuado para celebrar esto", ha dicho Nadal, que ha considerado "un sueño hecho realidad" haber logrado su sexto Rolad Garros.
"No siempre se gana el torneo más importante del mundo", ha añadido el deportista, encantado de haber igualado al sueco Björn Borg con seis triunfos en el Grand Slam parisiense.
Aunque el ex campeón sueco no estuvo presente en la Phillippe Chatrier para ver como su marca era igualada, no duda de que Nadal está en condiciones de ganar al menos otros dos Roland Garros y pulverizar su marca de seis triunfos en ocho participaciones -Nadal lleva seis Copas de los Mosqueteros en siete temporadas de concurso en París, donde solo ha perdido un partido de 46 disputados-.
En la carrera por ser el mejor de la historia
Con todo derecho y diez torneos de Grand Slam en su haber (seis Roland Garros, dos Wimbledon, un Abierto de Austria y un Abierto de Estados Unidos), Nadal entra ya en la carrera de ser el mejor jugador de la historia, siendo contemporáneo del que actualmente lo es, Roger Federer, apenas 30 años de edad y 16 Grand Slam. Nadal ya suma diez con 25 años y dos días.
Soy muy feliz con lo que soy, no me planteo si soy el mejor de la historia
Nadal admite que su ambición aún no se ha acabado. "Siempre hay esa comparación", dijo Nadal con la Copa de los Mosqueteros al lado, sabiendo que su nombre está ya profundamente enlazado con los que han hecho grande a este deporte, caso del suizo Roger Federer, el estadounidense Pete Sampras y el sueco Björn Borg, con quien ahora comparte los seis títulos de París. "Pero soy muy feliz con lo que soy, y no me planteo si soy el mejor de la historia", aseguró.
"No hay que engañarse, lo estoy, con esos Grand Slam, estoy con esos pocos privilegiados", reconoció. Roger Federer, con 16 Grand Slams en su bolsillo, Pete Sampras con dos menos, el australiano Roy Emerson, con 12, el también "aussie" Rod Laver y Björn Borg, con uno más ahora que Nadal, son los que únicamente están por delante del jugador de Manacor, que el domingo igualó los 10 de otro mítico, aunque anterior a la Era Open: el estadounidense Bill Tilden.
En 2008, Nadal hizo el doblete Roland Garros y Wimbledon, hazaña que también consiguió en 2010, añadiendo después su primer Abierto de Estados Unidos, en una temporada increíble.
Este año, ya ha puesto la primera piedra, pero los rivales son de enorme envergadura. Roger Federer ha puesto en el torneo británico su principa objetivo de la temporada, el que sería su séptimo Wimbledon. Novak Djokovic, la gran amenaza de los dos clásicos favoritos, encontrará en la hierba del All England Tennis Club un terreno óptimo para sus golpes ganadores endemoniados desde cualquier rincón de la pista.
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